El pensamiento filosófico se encuentra próximo a la contemplación artística en tanto todos buscamos el pensar crítico, mediante la obtención de la conciencia del mundo y del papel del hombre en dicho mundo.
El hombre puede a través de la filosofía, y el arte llegar a una misma meta. La del pensar crítico, lo que en a mi parecer se consigue al adquirir conciencia de nuestro mundo y de nosotros mismos. Hegel lo expresa: “como la imagen del mundo que nos creamos los hombres en la filosofía la conciencia del mundo.” El filósofo Schopenhauer con más elegancia señaló que “el pensar crítico (…) es difícil especialmente cuando va contra nuestra necesidad metafísica, que nos empuja a concebir el mundo en la forma en que tenga el mayor sentido y resulte lo más abarcable con la vista y favorable posible”.
Entonces, de una observación superficial sobre la filosofía y el arte parecería que se busca y transitar por caminos diferentes, sin embargo, hemos de considerar dicha realidad un tanto lejana.
Si reconocemos que la filosofía es la conciencia del mundo en la que el hombre, en cuanto situado en el mundo, es consciente de éste y de sí mismo, así toda filosofía es justo un intento de traer a la conciencia lo que el hombre es situado en el mundo. Pero, ¿es la filosofía el único intento de esta índole? Considero que no, puesto que el arte también comparte dicho objetivo.
Se comparte la idea de que el punto de este mundo del que puede partir una conciencia del mundo está en el supremo estrato, porque ahí está el conocimiento, de lo cual podemos decir es el conocimiento conceptual, que por sí sólo no puede conducir a una vista de conjunto del mundo, sino que a él pertenece también el conocimiento sensible, como toda forma de intuición en general.
Creo, se puede llegar a la conciencia de uno mismo por medio de dos formas: esto es, a través de la filosofía, o el arte. Pues, en el arte, es claro que el artista aspira a la posibilidad de representar de alguna manera la totalidad del mundo.
El arte, o mejor dicho las obras de arte, tienen en su fondo algo que apunta a mayores órdenes de cosas y ese algo es lo que nos hace tener conciencia de nuestro mundo y de uno mismo, por ejemplo, he experimentado que la pintura ofrece cosas que de otra suerte no somos capaces de contemplar, tal vez porque sus últimas profundidades no son accesibles a nuestro saber aun cuando las ponga ante nuestros ojos la realidad. Así, ¿cuántas veces, hemos contemplado el sol, la lluvia, o un árbol y les hemos generado algún tipo de reflexión?, honestamente son escazas las veces que nos damos la oportunidad de reflexionar sobre lo que sucede cuando observamos a través de una pintura. Ello, sin embargo, no quiere decir que sea mejor la contemplación artística, simplemente que es menos usual. Pues, ¿no acaso los artistas se basan en la realidad para plasmar sus obras?
Nuestra tarea entonces es fomentar el papel crítico derivado del entendimiento que tengamos del mundo y de nosotros mismos por el camino de la filosofía y del arte.
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